Corporación Innovarte celebra el importante avance alcanzado por los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes, tras más de tres años de intensas negociaciones, se encuentran ad portas de finalizar el nuevo Tratado de Pandemias. Durante la última ronda de negociaciones, desarrollada en Ginebra entre el 7 y 11 de abril, los países lograron consensos significativos en temas clave como acceso sin restricciones a productos médicos, prevención, transferencia de tecnología, responsabilidad y compensación, y el mecanismo de reparto de beneficios derivados del acceso a patógenos (PABS, por sus siglas en inglés).
Si bien persisten diferencias en torno al lenguaje definitivo sobre la transferencia de tecnologías, se ha propuesto una fórmula de compromiso liderada por Brasil que reconoce que dicha transferencia debe realizarse “de forma voluntaria y en términos mutuamente acordados”, sin perjuicio de las medidas que cada país pueda adoptar conforme a su legislación nacional e internacional. El texto será sometido a revisión final este martes 15 de abril, y se espera su adopción oficial durante la 77ª Asamblea Mundial de la Salud, que se celebrará entre el 27 de mayo y el 1 de junio de 2025.
Desde Innovarte valoramos el espíritu de cooperación internacional que ha permitido acercar posiciones y avanzar hacia un acuerdo que, aunque no exento de concesiones, representa un paso crucial para corregir las profundas inequidades evidenciadas durante la pandemia del COVID-19. El acceso oportuno y equitativo a tecnologías esenciales, como vacunas, medicamentos y diagnósticos, debe ser un principio rector de este nuevo instrumento internacional.
Sin embargo, no podemos dejar de manifestar la profunda frustración de numerosos países en desarrollo ante la negativa persistente de Estados Unidos y la Unión Europea a incluir referencias explícitas a mecanismos no voluntarios de transferencia tecnológica en el texto del tratado. Esta postura revela un inaceptable doble estándar, ya que ambos bloques han incorporado en sus propias legislaciones nacionales medidas que permiten la adopción de licencias obligatorias y otras formas de intervención estatal en contextos de emergencia sanitaria, como obligaciones de transferir tecnología desarrolladas por fondos públicos. Resulta contradictorio e injustificable que se nieguen a reconocer en un tratado internacional herramientas que consideran legítimas para sí mismos, más aún cuando la experiencia de la pandemia ha demostrado que la transferencia oportuna de tecnología es esencial para salvar vidas y reducir brechas de acceso.
Tal como han señalado diversos expertos legales y organizaciones de la sociedad civil, el texto final no debe limitar la capacidad de los países de adoptar medidas excepcionales para proteger la salud pública. Innovarte reafirma su compromiso con la defensa del derecho a la salud y el fortalecimiento de un sistema internacional que priorice la solidaridad, la justicia y la equidad en tiempos de crisis sanitarias.