Tras más de tres años de negociaciones, los Estados Miembros de la OMS han logrado finalizar exitosamente el texto del Tratado sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias, que será presentado para su adopción formal durante la 78ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo. Este acuerdo nace del reconocimiento de las profundas desigualdades vividas durante la pandemia de COVID-19 y representa un paso significativo hacia una gobernanza sanitaria más justa, equitativa y efectiva.
Para Innovarte, ha sido un honor haber participado en este proceso como entidad acreditada en calidad de Anexo E, contribuyendo con propuestas y seguimiento técnico a lo largo de las negociaciones multilaterales.
Desde nuestra organización destacamos que, si bien el texto final contiene limitaciones, representa un avance histórico en el fortalecimiento del multilateralismo sanitario. Su implementación nacional será decisiva, y exigirá un firme compromiso político por parte de los Estados, junto con la participación activa de la sociedad civil, para que los principios de equidad, solidaridad y acceso oportuno a tecnologías médicas no queden solo en el papel, sino que se traduzcan en políticas concretas en todas las regiones del mundo.
Objetivo y principios clave
El acuerdo tiene como meta principal prevenir y gestionar pandemias de manera coordinada y equitativa. Se basa en el respeto a la soberanía nacional, la equidad en el acceso a recursos sanitarios, la cooperación multisectorial y la toma de decisiones fundamentadas en evidencia científica.
Puntos destacados del tratado
Prevención y vigilancia: Promueve la colaboración global para la vigilancia de enfermedades y la prevención de riesgos zoonóticos, bajo el enfoque de Una sola salud, que reconoce la interdependencia entre la salud humana, animal y ambiental.
Fortalecimiento de sistemas de salud: Insta a los países a invertir en sistemas sanitarios resilientes, con personal médico adecuadamente capacitado y protegido.
Investigación y producción local: Estimula el desarrollo y la producción local de tecnologías sanitarias (vacunas, diagnósticos y tratamientos), especialmente en países en desarrollo, para reducir desigualdades estructurales.
Transferencia de tecnología y conocimientos: Reconoce la importancia crítica de compartir tecnologías, licencias y saberes técnicos esenciales. Se incluyen compromisos para apoyar centros regionales de producción, publicar acuerdos de licenciamiento y fomentar colaboraciones con fabricantes de países en desarrollo. A pesar de tensiones durante las negociaciones, el texto final abre la puerta —aunque de forma limitada— a medidas más allá del enfoque puramente voluntario, incluso mediante herramientas legales en situaciones de emergencia.
Distribución equitativa: Crea un sistema multilateral de acceso justo a productos médicos en situaciones de emergencia, coordinado por la OMS, que prioriza las necesidades de los países con menos recursos.
Regulación y transparencia: Refuerza marcos regulatorios para asegurar la seguridad y eficacia de productos sanitarios, y exige mayor transparencia en adquisiciones públicas y ensayos clínicos.
Financiamiento sostenible: Plantea mecanismos nacionales e internacionales para financiar la implementación del tratado, con atención especial a las capacidades de los países en desarrollo.
Participación inclusiva y comunicación: Promueve la educación pública, el acceso a información clara y científica, y la participación activa de comunidades, pueblos indígenas y sectores sociales clave en la gestión de pandemias.
Implementación y seguimiento
El tratado prevé la creación de una Conferencia de las Partes (COP), encargada de supervisar su cumplimiento, facilitar la cooperación técnica y coordinar las respuestas globales ante futuras amenazas sanitaria.
Revise la Propuesta de Acuerdo de la OMS sobre Pandemias
(Propuesta de texto que refleja los progresos realizados hasta el miércoles 16 de abril de 2025 a las 01:57 CEST)
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