Durante la semana del 1 al 5 de diciembre se llevó a cabo la cuarta sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental (IGWG), en Ginebra. Al igual que en ocasiones previas, la sesión se dedicó a la redacción del Anexo sobre el PABS, el Sistema de Acceso a los Patógenos y Participación en los Beneficios, como una pieza esencial del Tratado de Pandemias de la OMS.

En general, se busca que este Anexo pueda definir los aspectos operativos de este Sistema, otorgando certeza jurídica sobre los derechos y obligaciones tanto de quienes aportan los materiales biológicos, como de los usuarios receptores, ya sean laboratorios, fabricantes, investigadores u otros receptores de dichos materiales o datos.

La sesión, que reunió a representantes de más de 190 países, reveló una vez más las profundas divisiones entre el Norte y Sur Global en el proceso de negociación, con un progreso mínimo en la redacción del anexo. Así, el borrador del texto sigue lleno de inserciones y corchetes, lo que indica una falta de consenso en temas clave, como la equidad en el reparto de beneficios.

Zimbabue, hablando en nombre de la coalición del Sur Global, subrayó que “el Anexo PABS debe articular los detalles operativos completos” de este sistema, argumentando que gran parte del contenido ya existe en el borrador actual y que establecer contratos vinculantes para participar del intercambio de materiales es esencial para evitar el “free-riding”. Uganda, por su parte, invocó experiencias pasadas con brotes de enfermedades como el Ébola para enfatizar que “el reparto predecible y equitativo de beneficios es una cuestión de vida o muerte”.

Sin embargo, propuestas como las anteriores contrastaron frente a la resistencia de algunos países desarrollados y la industria farmacéutica, representada por la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA), que criticó los contratos estandarizados por generar “burocracia excesiva” y “incertidumbre legal”, potencialmente desincentivando la investigación y desarrollo.

Durante una sesión abierta con stakeholders, organizaciones como la Red del Tercer Mundo (TWN), Knowledge Ecology International (KEI) y Médicos Sin Fronteras (MSF) respaldaron las demandas del Sur Global.

KEI propuso adoptar elementos del Reglamento de Espacios de Datos de Salud Europeo como un modelo para el registro de usuarios, mientras que MSF abogó por obligaciones de acceso y beneficios, incluyendo licencias no exclusivas y transparencia total en los acuerdos.

El anexo PABS se someterá a consideración de la 79ª Asamblea Mundial de la Salud en 2026, por lo que los plazos para lograr consenso son bastante acotados. Desde Innovarte, continuaremos informando sobre el desarrollo de este proceso multilateral, esencial para una preparación y respuesta pandémica más sólida y equitativa a nivel global.